Si no nos ven, no existimos.
Ser tímido y reservado no es ningún defecto. Hay personas que son felices en el anonimato y con un círculo de relaciones personales muy reducido.
Pero es muy habitual que en nuestra sociedad, las obligaciones profesionales y también algunos retos personales nos obliguen a relacionarnos fuera de nuestro ámbito más cercano. Tenemos que ser visibles, hacer que suene nuestro nombre, que recuerden nuestra cara y que la relacionen con lo que nosotros deseamos potenciar, vender o divulgar. Necesitamos tener una imagen determinada y darla a conocer.
La visibilidad no siempre es positiva
Cada uno debe pensar hasta donde quiere hacer llegar esta visibilidad y para qué:
- Ampliar el círculo de amistades
- Tener más contactos profesionales
- Aumentar la cartera de clientes
- Tener notoriedad pública
- Ser mediático
Pero esta visibilidad tiene cara y cruz porque cualquier desliz, cualquier noticia negativa sobre nosotros tendrá una mayor repercusión sobre nuestra imagen. A parte de que a mayor visibilidad menos privacidad. Piensa que los medios de comunicación consideran más atractiva una noticia si la protagoniza una persona conocida.
Hay notoriedad en negativo
Se puede destacar para bien o para mal. Algunos buscan notoriedad a toda costa y esto tiene un efecto bumerán. Hay seres voraces de protagonismo que se convierten en depredadores de los posibles rivales, cuando se encuentran ante terceros o ante las cámaras.Querer llamar la atención y ser siempre el centro de todas las miradas no transmite una buena imagen sino todo lo contrario: ansiedad, exceso de ambición, falta de confianza en uno mismo…
Además, el altavoz de la visibilidad será el verdugo de nuestra reputación cuando se hable mal de nosotros, aparezcan rumores que nos perjudican, nos salpique algún escándalo. Muchos se ganan su mala reputación día a día con su comportamiento egoísta, sus malas maneras, su vulgaridad, su excentricidad o su mal gusto en el vestir.
La visibilidad se puede planificar
Podemos decidir en qué ámbitos y hasta donde queremos que llegue nuestra imagen: círculo profesional, alcance geográfico, medios de comunicación, etc.
Y también podemos planificar el proceso a seguir: asistir a actos de “networking” o a celebraciones sociales y familiares para ampliar la red de contactos, dar charlas, participar más activamente en la vida del barrio, la asociación de padres o en una ong. Pero además del dónde, con quién y el qué, también es importante pensar en cómo conseguir que te vean.
Las personas tímidas también pueden ser visibles
Aunque les cueste, aunque están más cómodas instaladas en el anonimato, en el silencio y protegidas por las personas de confianza, muchas veces no tienen más remedio que salir del caparazón si quieren conseguir determinados retos profesionales o personales.
Si eres uno de ellos aquí tienes los 10 pasos que pueden facilitarte la salida a luz:
- Elimina cualquier pensamiento negativo sobre los demás: “Me van a mirar mal.” “No me entenderán.” “Me juzgarán.” “Sólo hay hipocresía.” “Todos van por interés.” etc.
- Elimina pensamientos negativos sobre ti mismo: “Yo soy diferente y nadie me entiende.” “Soy invisible y siempre lo seré.” “No tengo nada interesante que contar”, “Me sentiré como un bobo.“, “No sabré qué decir.” ,“No soy simpático y no sé decir nada divertido.” , “Con lo feo que soy…”, etc.
- Visualízate como una persona con habilidades sociales. Imagínate hablando con desconocidos o personas con las que quieres entablar una conversación. Visualízate en movimiento y con una sonrisa en el rostro.
- Vístete para la ocasión. Procura tener un buen aspecto y atrévete a ponerte alguna prenda especial: un sombrero, un fular vistoso, un pantalón extremado, un calzado de un color poco común, etc. No hace falta parecer un payaso. Un detalle puede darte el toque de distinción.
- No llegues el primero ni el último. Observa a los asistentes al acto y cómo se relacionan. Lo más fácil es entablar conversación con las personas que están solas. Pero no te pegues a ellas y procura abrirte a nuevas relaciones.
- No temas ocupar los lugares centrales y sitúate siempre de espaldas a la pared. Esto te permite ver todo lo que pasa en el evento, que los demás te vean a ti y estar abierto a nuevas relaciones.
- Muévete con seguridad y serenidad. No te muestres ansioso, nervioso. No simules que estás ocupado consultando los mensajes o que hablas por teléfono. Es ridículo y te estás cerrando a posibles acercamientos de otras personas.
- Si alguien te mira, no desvíes la mirada. Respóndele con una sonrisa. Quizás, así tendrás la oportunidad de conocerla.
- Sé cortés. La educación siempre deja un buen recuerdo.
- Transmite buen humor y optimismo. Solemos recibir lo mismo que hemos dado.
¿Cómo haces tu para abrirte paso, hacer que te vean y conseguir que te escuchen?