Cada vez hay menos diferencias entre el estilo de vida del campo y de la ciudad. La influencia de los medios de comunicación, las posibilidades de viajar y la escolarización han uniformizado bastante los modelos de comportamiento en la población. Pero todavía se aprecian diferencias en la forma de hablar y de moverse entre los habitantes de una ciudad y los de una zona rural con baja densidad de población.
Espacio y tiempo marcan las diferencias
Los habitantes de las zonas rurales o poblaciones pequeñas, gozan de mucho más espacio, tanto en casa como fuera de ella, en los espacios comunes. No tienen que ir como sardinas enlatadas en un transporte público, no circulan en rebaño por algunas calles comerciales, no hacen colas, no tienen que competir por llamar la atención de un camarero…
Y en cuanto al tiempo, el ritmo de vida del campo es más pausado, no suelen tener que invertir tanto tiempo en traslados de casa al trabajo. Pueden, muchos de ellos, comer en casa, por ejemplo.
¿Qué gestos son característicos de cada estilo de vida?
La densidad de población de la ciudad y un ritmo de vida acelerado provoca estrés en sus habitantes y esto hace que tengan que protegerse.
¿Como lo hacen? Crean unos sistemas defensivos que implican aislamiento y ahorro de energía. Eso se traduce en un comportamiento asocial con la mayor parte de la población, la persona de ciudad:
- Está acostumbrada a mantener un rostro neutro, a tener personas muy cerca y a pesar de ello no comunicarse con ellas. Es mucho más fácil verle leyendo o con unos auriculares puestos o utilizando un aparato electrónico en presencia de otras personas.
- Utiliza un tono de voz más bajo, para ganar privacidad entre desconocidos, y gestos más reducidos, porque no se dispone de tanto espacio pero también por discreción. La invisibilidad ayuda a la sensación de anonimato y esto nos hace más eficientes en la ciudad.
En cambio en el campo, en ciudades pequeñas, casi todo el mundo se conoce y la relación es constante. Sus habitantes necesitan más espacio personal, mirar a las personas de su campo de visión para identificarlas y saludar, incluso aunque sean desconocidos.
Cuando una persona de ciudad se va al campo…
¿Cómo tendría de comportarse?
Aceptar que no pasará desapercibido, que es inútil intentar ser invisible. Es mejor comportarse como las personas con las que se encontrará: utilizar una comunicación cálida y abierta, mirando a los ojos, sin acercarse mucho. El saludo no tiene que ser un apretón de manos. Quizás en el momento de la presentación pero no es habitual como saludo cotidiano. Es suficiente un saludo verbal o con la cabeza, o una palmada. Tampoco se besa.
Y al revés, cuando una persona de pueblo va a la gran ciudad…
¿Qué debería tener en cuenta?
Que piense que no es que estén todos amargados o sean muy antipáticos sino que es su forma de protegerse de un exceso de relaciones innecesarias para ellos. Que esté preparada para pasar desapercibida.
Mi recomendación
Las formas de comunicación en el campo son más cálidas, cercanas y agradables que en la ciudad, y aunque no podemos relacionarnos de una forma cualitativa con todos los habitantes de ésta, sí podemos utilizar la comunicación no verbal, la sonrisa y la mirada, para hacer que nuestras relaciones sean más agradablesy así humanizar la ciudad.