SOLUCIONES DE COMUNICACIÓN #3 El mejor curso de hablar en público y presentaciones

Hay un día en que uno decide superar todos los miedos de una vez por todas y hablar bien en público. Ya está bien de pasarlo mal y de ver como los demás van progresando y obtienen reconocimiento y visibilidad. Llega el momento de buscar la solución: el mejor curso de hablar en público de tu ciudad.

 

A hablar en público se aprende, ¿cómo?

Las vías más habituales son:

a) Opción autodidacta, a base de libros teóricos, de vídeos de YouTube de los más variados estilos y de probar las más arriesgadas prácticas en la arena profesional. Necesitas tenacidad, regularidad, tiempo y optimismo. Te asaltarán dudas de si lo estás haciendo bien. Ventajas: le vas dedicando tus ratos libres, sin problemas de horario ni de desplazamiento.

b) Los clubs y grupos de oradores amateurs son gratuitos y un buen espacio para practicar cuando uno ya conoce las bases de una comunicación profesional y de calidad. Es recomendable ir después de un curso porque se necesita previamente tener un criterio, un asesor de confianza con experiencia y conocer las técnicas más eficaces de persuasión.  

El mejor curso de hablar en público
Practicando la posición VASE

c) Curso diseñado por expertos, on line o presencial. Si es presencial, poder compartir la experiencia con otras personas, aprender de ellas y tener compañeros con objetivos parecidos es una gran ventaja. Hay una gran oferta en el mercado y con los más diversos enfoques: desde el teatro a la piscología. Si quieres hablar en público por razones profesionales, para mí, lo mejor es acudir a un centro especializado. Si eliges bien, resultará una muy buena inversión pues tendrás la seguridad de estar utilizando las técnicas de los mejores oradores.

 

¿Cómo elegir un curso de hablar en público?

Una vez descartados los que no te convienen por horario o situación geográfica, tienes que analizar las prestaciones y el nivel de los docentes.

Cuando busques en la red el mejor curso de hablar en público, comprueba que tenga estas características:

  1. Es práctico, va al grano y es inmediatamente aplicable. De nada nos sirve conocer la teoría de la comunicación o la historia de los grandes oradores si no aprendemos las técnicas para las situaciones reales. Las clases tienen que ser prácticas con ejercicios que te permitan ensayar una y otra vez. Verte en vídeo y mejorar en cada intervención. Tiene que ser un entrenamiento más que una clase magistral.
  2. Impartido por especialistas, con experiencia en el mundo de la empresa. El profesorado tiene que tener experiencia docente, por supuesto. No solo esto: tiene que ser también excelente comunicador y haberse enfrentado a todo tipo de público, en distintos formatos y haber vivido en su propia carne las dificultades de enfrentarse a una audiencia difícil. Además, tiene que conocer distintos sectores profesionales, incluyendo el político.
  3. Que tenga en cuenta los pilares básicos de la oratoria. Cómo estructurar y expresar el mensaje, cómo gestionar las emociones, cómo planificar la intervención y la puesta en escena y cómo desarrollar sus habilidades de expresión.
  4. Flexible y que se adapte al perfil de los asistentes. En un curso en abierto se encuentran todo tipo de profesionales: políticos, directivos, profesores, comerciales, emprendedores, etc. La oratoria es una herramienta que tiene que ser útil a todos. Y el profesorado tiene que contemplarlo.
  5. Que respete y potencie el estilo de cada persona. Todos somos distintos. Un buen asesor, sabrá sacar lo mejor de ti, para potenciar tu carisma y tu marca personal.
  6. Que ofrezca materiales de valor. Las clases son imprescindibles, pero también hay la posibilidad de que explores por tu cuenta, leas, veas, practiques… Los materiales de apoyo como apuntes, bibliografía o videografía previamente seleccionados por un profesional son de alto valor.
  7. Actualizado en contenidos, metodologías y tecnología. La comunicación profesional también está sujeta a modas y tendencias. No se puede hablar ahora como en la Grecia clásica, ni siquiera como hace diez años. Los escenarios cambian, el público tiene expectativas distintas y la tecnología lo revoluciona todo. Los ponentes del curso tienen que estar a la última y aconsejarte la mejor opción según tu entorno.
  8. Que se desarrolle en un entorno seguro. El miedo a hablar en público es, en el fondo, miedo a fracasar, a no dar la talla ante los oyentes. Por ello es necesario que te aseguren un entorno cálido, de apoyo absoluto, que fomente el respeto y la colaboración entre los asistentes.
  9. Aprender de manera estimulante, con buen humor, pasándolo bien, da muchos mejores resultados. Tienes que salir de clase con ganas de pararte en la primera esquina para dar un discurso.
  10. Que te vayas con una mochila llena de herramientas para utilizar en el futuro. Comunicarse bien es algo que tendremos que hacer toda la vida. Y siempre tendremos que estar preparados para evolucionar, adaptarnos a cada contexto y cada interlocutor. Nunca podremos decir que ya sabemos suficiente. Por ello, tienes que irte del curso con las herramientas necesarias para seguir el aprendizaje por tu cuenta. Es decir, tienes que haber aprendido a mejorarte a ti mismo.
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