No se trata solo de tener algo interesante que decir sino de cómo decirlo. Para ello tenemos que ayudarnos de las habilidades de comunicación no verbal.
Los gestos pueden contribuir a captar la atención y a generar interés incluso antes de abrir la boca…
La forma de sentarnos, por ejemplo y donde nos sentamos. Si podemos escoger debemos evitar los rincones o las zonas más discretas de la sala o de alrededor de la mesa. Hay que buscar la centralidad, si se puede. La forma de sentarnos tiene que ser erguida y hacia adelante, con la cabeza levantada, y mirada viva y directa hacia la persona o personas que llevan la voz cantante. Tenemos que indicar atención e intención de participar activamente en la conversación. Pero si podemos escoger es mejor estar de pie, así pasamos a ser el centro de atención y podemos proyectar una voz con más presencia.
¿Cuando nos interrumpen, qué podemos hacer?
Seguir hablando, mantener el mismo tono de voz, incluso elevarlo y mirar fijamente a los ojos de la persona que nos interrumpe. Adelantar el cuerpo y hacer el movimiento de elevarnos para resultar más altos y con una disposición al ataque. Si esto no es suficiente tendremos que hacer una señal con la mano para que espere, tocarle el brazo para detenerlo.
¿Qué es lo que provoca que en una reunión, o en una comida, por ejemplo, siempre hablen los mismos? Para que nos escuchen, ¿hay que gritar más? Hablamos de ello en la sección de comunicación no verbal de Para Todos la 2.