En defensa de la oralidad

La escuela ha potenciado el aprendizaje de la lengua escrita; las nuevas tecnologías han puesto en primer plano la imagen para todo acto lúdico o informativo. ¿Dónde queda la palabra dicha?
Afortunadamente, parece que estamos redescubriendo la magia de los cuentacuentos, las virtudes de la lectura en voz alta y el poder de la imaginación. 
Felicidades a las maestras jubiladas por su iniciativa. Espero que se extienda y sirva de estímulo a los maestros en activo para recuperar una de las mejores maneras de desarrollar la creatividad, educar, integrar, divertir y mostrar el valor de la palabra bien dicha. 

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