Una de las maneras de comunicarnos que tenemos los humanos y que nos gusta especialmente es besar. El más apasionado es el beso que se dan los enamorados, conocido como beso francés.
Se trata de un beso íntimo que no se da a cualquiera sino a la persona que de verdad nos gusta. Un buen beso francés ayuda a quemar calorías, nos hace sentir mejor, levanta el ánimo y ayuda a mantener el amor en parejas estables.
Estímulo del deseo
Muchas veces este beso es el preludio del acto amoroso, y sirve para estimular todos los resortes del deseo. Es sensual por varias razones:
- Los labios son la parte más sensible de nuestro cuerpo, más que las yemas de los dedos o que los genitales. Con la excitación se acumula sangre en sus terminaciones nerviosas y cualquier roce, presión o mordisco es más placentero.
- El uso de los labios nos recuerda la succión del pezón materno cuando nos amamantaba y es un recuerdo muy placentero, según el experto en conducta humana Desmond Morris.
- Los labios femeninos tienen un paralelismo en los labios vaginales: nos los recuerdan el color, la sensibilidad, la humedad, la textura de la piel y la posibilidad de abrir o presionar estos labios.
- Intervienen también las lenguas, que juguetean y se buscan.
- El intercambio de saliva es un intercambio de feromonas que estimulan el deseo.
Aprender practicando
El primer beso, aunque suele ser el que más se recuerda, seguramente no es el mejor. No nos suelen dar lecciones de besos ni nuestros padres ni en la escuela: este arte se aprende practicando. Normalmente se empieza en la adolescencia, en un ambiente un tanto clandestino. Según los científicos, los besos adolescentes son una señal de que se entra en la madurez sexual.
También puede pasar que no nos guste el tacto, el sabor o el olor de la otra persona, lo cual desincentivará a los amantes y no se volverá a producir el beso. De hecho, si el beso es obligado no provoca ningún placer y provoca asco y repugnancia.
Curiosidades de los besos
La ciencia que se encarga del estudio de los besos es la filematología. Cifras llamativas al respecto son por ejemplo que hasta 34 músculos faciales intervienen a la hora de dar el beso francés, o que durante su transcurso se intercambian hasta 80 millones de bacterias.
Según los científicos, en este intercambio de sustancias químicas evaluamos inconscientemente la calidad genética y la salud de la otra persona y decidimos si somos compatibles o no. Todo esto con el objetivo de asegurar unas crías sanas y fuertes.
A lo largo y ancho del planeta encontramos diferencias culturales a la hora de besarse. Por ejemplo, los nepalíes no se besan y en Japón los besos apasionados son en el cuello o en las manos, pero no en los labios. En muchas culturas todavía está mal visto que los amantes se besen en público y en algunos países está completamente prohibido.
Actualmente, alrededor del 90% de la población mundial conoce este tipo de beso y lo practica. Se ha incorporado a la escena pública, incluso como símbolo de libertad sexual, acto de rebeldía o reivindicación del amor homosexual.
Consejos para dar un buen beso francés
- Ten en cuenta la higiene de tu boca, no fumes y no bebas alcohol (aunque si es compartido puede ayudar a dar el paso).
- Prepara el clima adecuado, con el móvil en modo avión para que no interrumpa.
- Rompe la barrera del tacto de manera muy sutil, con un acercamiento progresivo. Esto da pistas de si la otra persona está receptiva.
- Empieza con el contacto visual profundo, se acercan las bocas, se inclinan las cabezas y se cierran los ojos.
- Se tocan los labios. Primero cerrados y poco a poco se abren y se explora la boca del otro. Evita un exceso de saliva y no dejes la lengua muerta.
- No ahogues a tu pareja presionando la nariz. Acaríciale la nuca, pero no le agarres con fuerza sin dejarle mover.
[button link=»https://www.youtube.com/watch?v=2Qg7phGs-lM» size=»large» target=»_blank» icon=»» color=»alternative-1″ lightbox=»false»]Si quieres descubrir más secretos del beso francés, mira este vídeo del programa A punto con la 2 de TVE (16/5/16).[/button]