Hay muchos tipos de mujeres
Hay muchos estilos de mujer y muchos estilos de seducción. Incluso una misma mujer se puede comportar de manera diferente según el momento o cuál sea su objetivo. No es lo mismo conquistar a alguien para una noche que para tener una pareja estable. Algunas lo toman como un juego, otras como una misión de gran envergadura. Sin embargo, hay gestos muy comunes en la seducción femenina que no se dan en el comportamiento masculino.
En general los movimientos femeninos de seducción son suaves y ondulados, los más evidentes son sensuales y voluptuosos. Así como el hombre destaca su fuerza y su poder con movimientos de fuerza y valor, la mujer seduce más por la dulzura, la sensualidad, incluso a veces por la sumisión. En ambos casos todos los movimientos están encaminados a resaltar la masculinidad o la feminidad. Estamos hablando de relaciones entre parejas heterosexuales.
Movimiento del cuerpo
Para resaltar el atractivo de la anatomía femenina, la posición del cuerpo es básica pues es el primer mensaje que percibe el espectador: se tensa el cuerpo, se pronuncian las nalgas y se saca el pecho.
Además se pierde la rigidez y la simetría, lo que se consigue desplazando la pelvis y ladeando la cabeza. Hay un contoneo al caminar, para marcar las caderas, zona de la fertilidad y también para hacer más evidentes las nalgas, que resultan muy atractivas para el hombre.
Conscientes del poder de atraccción del pecho, muchos de los gestos de seducción están encaminados a realzarlo o sugerirlo, aún cuando está cubierto por la ropa.
- Apretar los brazos para juntar los pechos y hacer más marcado el canalillo.
- Pasar la mano por el cuello o el escote.
- Levantar los brazos por detrás de la nuca y dejar la zona del tronco abierta.
El rostro también seduce
El busto y las nalgas no son lo único atractivo. La cabeza en su conjunto ofrece un repertorio larguísimo de movimientos que pueden ser altamente sugerentes, empezando por el movimiento del pelo. Hay quien lo considera una de las partes más sensuales y símbolo de feminidad. Sacudir la cabeza hacia atrás, peinarlo o ahuecarlo son gestos que indican predisposición a la relación sexual.
La mirada es una vía de acercamiento, invitación y aceptación que se utiliza en la fase donde todavía no median las palabras. A través del contacto visual establecemos la comunicación, y según como sea este contacto, el receptor tiene que descifrar las intenciones del otro. La mirada oblicua, la mirada carícia, el guiño cómplice, la caída de ojos y muchas más son sabrosos anzuelos difíciles de esquivar.
La boca es una de las partes más eróticas del cuerpo femenino. Todos los gestos que se hacen con la boca son de sutil abertura, de insinuación del beso o de otras caricias íntimas. Aunque todo tiene su justa medida, porque cuando es demasiado explícito existe el riesgo de caer en la vulgaridad.
En la fase de la seducción hay que encontrar un equilibrio entre el interés por el otro y la discreción, el equilibrio también entre la insinuación y la reserva, entre tomar la iniciativa y la espera que el otro actúe también. Por eso, muchos movimientos son ambiguos: de picardía y timidez, de valor y sumisión…
Las mujeres son muy creativas en el arte de la seducción y pueden convertir en toda una tentación cualquier movimiento por rutinario y cotidiano que sea.